VIVIENDO EN CORONALANDIA: una guía de sobrevivencia

By Andrea Guachalla

Estamos viviendo en un mundo loco ahora mismo.

Todos lo sabemos.

Se siente casi como si de repente estuvieramos atrapados en una de esas películas de terror sobre zombies. Te despiertas una mañana tranquila y pronto te das cuenta de que todos son zombies y estás completamente solo en el mundo en busca de seres humanos que no vayan a intentar comerte. La única diferencia es que, bueno… No hay zombies aquí, solo gente usando máscaras. E incluso si estás haciendo cuarentena solo, no estás realmente solo.

Sin embargo, se siente algo así como que es el fin del mundo, ¿no es cierto? Pero pongámonos de acuerdo en una cosa: vivir en Coronalandia no es ni cercanamente tan malo como vivir en Zombielandia. 

No necesitas armas de fuego para protegerte de los infectados por ejemplo, solo necesitas usar una máscara y mantener tu distancia. No necesitas cazar para conseguir comida, puedes ir al supermercado una vez cada semana o cada dos semanas. Incluso puedes cultivar tus propios vegetales si eres inteligente y paciente como mi madre. 

Ciertamente no necesitas un camión de guerra para recorrer la ciudad, solo necesitas un buen par de piernas para caminar o manejar bicicleta de modo que no tengas que subir al transporte público todo miedoso y luego tener que darle una mirada sospechosa a la muchacha sentada a tu lado porque se acaba de aclarar la garganta.

“¿Eso fue tos?” 

No, Florencia, no es tos. 

Todos somos responsables de cuidar de nuestra propia salud, y eso se ve diferente para cada persona. Algunos deben evitar el transporte público, algunos deben quedarse confinados en casa, algunos están más preocupados por sus familias que por ellos mismos. Que nuestra salud esté en riesgo trae su propia complejidad, pero no es eso lo que hace la vida en Coronaland complicada. El otro lado de todo esto si, y eso es:  

Somos humanos y. tenemos. sentimientos y debilidades.  

Todos estamos pasando por retos y dificultades, pena y sufrimiento, y todos lo sentimos profundamente en nuestro corazón.

Algunas personas están pasando la cuarentena solos, otros tuvieron que cancelar su viajes para visitar a sus familias, algunos tuvieron un cumpleaños solitario, otros tuvieron que cancelar su boda, mientras que otros tuvieron que re-organizar o cancelar grandes conferencias. Y puede ponerse peor y peor, algunos perdieron sus trabajos, algunos no pueden pagar sus rentas, algunos tienen familiares enfermos, otros están teniendo funerales en menos de 20 minutos, no permitiéndoseles tener un servicio funerario apropiado para su ser querido.

Tu añade a la lista…

Encima de todo eso debemos quedarnos en casa, quedarnos en casa, quedarnos en casa. Solos con nuestros pensamientos.

Para mantenernos a salvo debemos someternos a nuestras autoridades (Romanos 13:7) y seguir sus instrucciones de distanciamiento social y otras medidas. Sin embargo, eso nos necesariamente nos mantendrá sanos mentalmente, eso no nos dará paz interior.  

Solo nuestro Santo Padre puede darnos paz en medio de una crisis global y darnos los medios para invertir nuestro tiempo sabiamente a sus ojos. Eso es lo que te mantendrá sano y ese es el objetivo de esta guía de sobreviviencia que ciertamente me ha estado manteniendo en el camino correcto todo este mes de confinamiento.

Ahora, antes de ir a la guía como tal quiesiera dar un punto aclaratorio sin el que todo lo demas carecería de sentido, y es este: 

NO PUEDES SENTIRTE MEJOR EN TUS PROPIAS FUERZAS

No tienes la fuerza, no tienes el poder, no tienes los medios para hacerte sentir mejor a ti mismo en medio de este caos porque:

“Toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.”

Santiago 1:17, Reina Valera 1960

Eres un ser humano, un día te sientes impresionantemente motivado, y al siguiente te sientes deprimido. Tus sentimientos son como sombras cambiantes, pero Dios… Dios nunca cambia. Su amor incondicional, virtud, misericordia y justicia nunca cambian. Es lo opuesto a nosotros, sombras cambiantes, Él es siempre el mismo. Por la eternidad.

Podrás forzarte a ti mismo a levantarte por las mañanas incluso si estás completamente desmotivado, podrás mantener una rutina saludable y tal vez aprender algo nuevo durante el confinamiento. Sin embargo, ninguna de estas cosas te darán gozo y paz verdaderos y duraderos. Estos vienen de Dios.

“Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.”

Filipenses 4:4-7, Nueva Versión Internacional

Todas lo bueno viene de arriba. Si se lo pides a Dios en oración Él es quien te llenará de gozo, paz y motivación. ¿Puedes ver que ninguna de esas cosas proviene de ti? 

Sé que el hecho de que tu no estás ni siquiera en control de tu propio bienestar te hace sentir impotente y débil: ese es el punto exactamente. Eres un ser impotente en las manos de un Dios poderoso, omnisciente y amoroso que te dice: “No tengas miedo.” (Juan 6:20)

¿No te consuela eso? Espero que si, mi amigo.

Con todo eso dicho, podemos ir a la guia de sobrevivencia!

1. CONSTRUYE UNA RUTINA Y MANTENLA

Ahora que estás en confinamiento estás trabajando desde casa, estudiando desde casa, ejercitándote en casa, tratando de socializar desde casa, e incluso yendo a la iglesia desde casa (¿puedo decir casa una vez más?)

Aunque te sientas tentado a mantenerte ocupado, lo que realmente quieres hacer es INVERTIR. TU. TIEMPO. 

Yo misma durante las primeras dos semanas de confinamiento intenté ocupar mi tiempo con actividades al azar solo para encontrar que abrumarme con actividades sin un objetivo me causaba más ansiedad que la crisis como tal.  

Así que, con la mentalidad correcta, puedes construir una rutina desde la mañana hasta la noche de modo que seas productivo y efeiciente. Eso quiere decir que tal vez te despertarás más temprano para hacer ejercicio, o que intentarás leer más de lo normal, tal vez significará que pasarás algo de tiempo en frente de la computadora escribiendo un nuevo proyecto, o tal vez que limpiarás tu apartamento entero dos veces por semana. 

Ser productivo y efectivo se verá diferente para cada uno de nosotros, pero la misma idea permanece: Debemos usar nuestro tiempo sabiamente. El hecho de que no tienes que utilizar transporte público añade un par de horas a tu dia, así que ÚSALAS.

Algo útil que he estado haciendo por años es (no tan frecuentemente ahora porque memoricé la lista): te despiertas en la mañana y primero que nada, incluso antes del desayuno, tomas una hoja de papel y escribes una lista de todo lo que debes/necesitas o quieres hacer ese día: tomar desayuno, luego leer un libro, hacer tu devocional diario, leer emails, comer almuerzo, llamar a tu familia, etc. Al final del día tachas de la lista todas las cosas que si hiciste y dejas el resto sin tachar. De ese modo estás más consciente de cuan productivo eres y en que momentos tiendes a holgazanear.  

Organizar tu tiempo te ayudará a terminar lo que te propones y ser más productivo e intencional. Te ayudará a invertir tu tiempo en vez de simplemente mantenerte ocupado, y tener todo escrito te ayudará a mantenerte al tanto de lo que estuviste haciendo (o lo que no estuviste haciendo). 

2. BUSCA A DIOS LLUEVA O TRUENE

Ya no hay excusas para no tener tus devocionales diarios. Nada de “estoy cansado”, nada de “no tengo tiempo”, nada de “tengo muchas tareas.” 

Parte de tu rutina, y me atrevo a decir la más importante, es pasar tiempo con Dios leyendo su Palabra, orando y alabándolo. Prográmalo a primera hora del día, o a la última hora antes de ir a dormir, tal vez durante el almuerzo, o en la tarde mientras tomas una taza de té.

Tómate un tiempo de acercarte a Dios en oración, “presenta tus peticiones al Señor” (Fil. 4:6), déjale saber tus luchas y retos. Acércate a Él leyendo su Palabra y tomando notas, leyendo un libro cristiano sobre un tema que te interese, mira sermones en línea, o ve una vez más el sermón que tu iglesia transmitió en vivo la anterior semana! Puedes acercarte a Él cantando alabanzas, escuchando himnos y cantando a la par.  

Si amas a Dios, pasa tiempo conciéndolo y adorándolo. Créeme, Él llenará tu corazón de gozo y el resto de tu rutina irá como debe ir.

3. RECUERDA QUE ESTAMOS MEJOR ACOMPAÑADOS

Hay algo extrañamente confortante en saber que todo el mundo está contigo. Literalmente.

Este es un fenómeno único en el que TODOS estamos atravesando dificultades y retos. Por primera vez en toda tu vida puedes llamar a cualquier conocido, incluso a tu peor enemigo, y preguntarle si tiene suficiente papel higiénico o como está pasando su tiempo en casa.

Tal vez no podemos encontrarnos en el mismo espacio físico, pero tenemos todo tipo de medios (Skype, Zoom, Whatsapp, Messenger, etc) para conectarnos y tener una vida social remotamente normal.

Mas allá, este es tiempo ser creativos y poner en acción el “ama a tu prójimo como a ti mismo” y encontar maneras de servir a otros ya sea que estes en casa solo o con tu familia. Puedes re ajustarte y encontar nuevas maneras de ayudar en los quehaceres de casa, preguntarle a tus amigos como están, ofrecerte para hacer las compras de tu vecino que es de la tercera edad, preguntarle a esa hermana de la iglesia si tiene suficientes suministros, pregúntale a tu amigo que vive solo si está bien, organiza una reunión en línea,…

Todas esas son formas de mantenerte en contacto no solo por tu bien sino también para servir a otros. “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir,” ¿recuerdas? (Marcos 10:45).

4. RETOMA VIEJOS PROYECTOS

¿Recuerdas ese proyecto que estabas escribiendo dos años atrás y que dijiste que no tenías tiempo de terminar? ¿Que tal de esa vez que empezaste a aprender a tocar guitarra y de repente tantos trabajos de la universidad te impidieron continuar tus lecciones? ¿Que tal de aquella vez que dijiste que te desharías de toda la ropa que no usas y que aun sigue envejeciendo en tu ropero?

Bueno… ¡Ahora puedes retomar tu antiguo proyecto!

Sin excusas.

Ve a tu computadora, busca el archivo donde estabas escribiendo ti proyecto y continúa donde lo dejaste! Determínate a aprender a tocar algunos acordes en la guitarra, puedes planificar sesiones de 30 minutos al día para practicar despues del almuerzo. Toma una bolsa plástica (una grande), ve a tu ropero, toma toda la ropa que no has usado en los últimos dos años y ponla ahí dentro, y no vuelvas a abrir la bolsa.  

Si piensas que no tienes ningpun proyecto incompleto solo necesitas hacer memoria y, te lo aseguro: encontrarás algo.

5. MUÉVETE, MUÉVETE, MUÉVETE

Probablemente has pasado más tiempo sentado en esa misma silla o sofá de lo que jamás pensaste. 

Todo el tiempo que te la pasabas corriendo para alcanzar el bus, caminando a la universidad o yendo al gimnasio ahora lo pasas en el mismo lugar. Todos los días.  

Todo ese movimiento no es bueno solo para tu cuerpo, sino para tu mente. ¡Así que tienes que encontar la forma de moverte todo lo que puedas! Corre arriba y abajo por las escaleras, descarga una aplicación de ejercicios, buca tutoriales en YouTube, has Zumba, baila al son de tu música favorita, limpia tu casa (ese es buen ejercicio).

¡Tu cuerpo necesita estar activo!

6. DESCONÉCTATE PARA CONECTARTE

Nunca pensé que diría esto pero mi celular se convirtió en ambos mi mejor amigo y mi peor enemigo.

No negaré que es muy útil para iteractuar con mi familia, hermanos de la iglesia y amigos. Por ello es mi mejor amigo. Sin embargo, usarlo por esa loable causa me llevar a usar redes sociales en exceso por el bien de mantenerme entretenida. Y esa, mi amigo, ¡no es una causa loable en absoluto!

Si estás conectado a tu celular o cualquier otro dispositivo por entretenimiento (ya sea desplazando Facebook en tu pantalla, o viendo historias en Instagram, o viendo series en Netflix) te desconectas de lo que sea que está pasando a tu alrededor. Y aunque eso te traiga algunos minutos de alegría y te distraiga de lo que está pasando en el mundo, eso es todo lo que puede hacer. Al final del día, usar cualquier dispositivo con el único motivo de entretenerse es inútil.

Relajarse y tener tiempos libres es importante, pero esos tiempos solo valdrán la pena si se los utiliza sabiamente. Si te desconectas de tu celular, televisión o computadora te conectas con tu familia si es que están contigo en casa, te conectas de todo corazón con lo que sea que estés haciendo.  

Desconéctate de las redes sociales, conéctate con el mundo.

7. SIRVE A LOS DESCONOCIDOS

El mundo es extremadamente desigual. 

Mientras que algunos países como Austria, Australia, Japon y muchos otros están logrando reducir la dispersión del virus y están implementando activamente nuevas políticas para reducir el impacto económico y social que tendrá la pandemia, otros países sufrirán mayores consecuencias. Esto no quiere decir que los países de ingresos altos no sufrirán, sino que o mortífero de la pandemia se sentirá mucho más en pasíses de bajos ingresos.

Por ello, si eres alguien que no ha sido grandemente afectado economicamente por el confinamiento recuerda esto: ayudar a quienes lo necesitan es ayudar a Dios mismo (Mateo 25:40), y el nos ha llamado a amar a nuestro prójimo.

Ya discutimos algunas formas prácticas de comos ervir a nuestros prójimos más cercanos diariamente. Pero este último punto es un llamado a empatizar con la gente que no conoces, que no puedes ver y que probablemente nunca conocerás. Especialmente si vives en Europa, Estados Unidos, Australia u otros paises de ingresos altos, las posibilidades de que puedas salvar vidas con cualquier ayuda financiera que puedas dar son altas.

Como parte de tu rutina semanal puedes separar dos horas para investigar acerca de las medidas que están siendo tomadas en otros países (o en otras regiones de tu mismo país), y averiguar como eso está afectando la economía y vida de las personas. Encuentra organizaciones que estén apoyando países de bajos ingresos y averigua como puedes contribuir. Si tienes amogos que están viviendo en (o son de) Sudamérica, Centro américa, Africa, o Asia, asegúrate de contactarlos y preguntarles como están.

¡Empatiza con todos los humanos! No solo con los que conoces.

______________________

Si pensamos humanamente, ¿no parece un sinsentido el estar viviendo en Coronalandia? ¿No parece ser que lo único que nos resta hacer es esperar a que todo termine y volver a la normalidad?

Si respondo con sabiduría humana a ambas preguntas: “Si” sin dudarlo. 

Pero Dios tiene otra respuesta.

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”

Santiago 1:2-4, Reina Valera 1960

Por la gracia de Dios siempre hay algo bueno y digno de alabanza en toda situación sin importar cuan difícil se sienta. Por su gracia, puedes estar seguro de que si dependes de Él, su guía y su Palabra, no solo sobrevivirás, sino que podrás cuidar de otros con el perfecto amor de nuestro santo salvador Jesucristo. 

Otras fuentes:

9 Formas de Amar a tu Vecino en esta Pandemia, The Gospel Coalition

Confinado Solo, Tim Challies

6 thoughts on “VIVIENDO EN CORONALANDIA: una guía de sobrevivencia

  1. Excelente artículo Andrea, me pareció genial el tema del uso del tiempo y la productividad. Este tiempo a solas puede ser utilizado para una comunión con Dios, los siervos de Dios como Moisés que pasó 40 años en el desierto para que estuviera listo para el llamado de Dios.

    1. ¡Gracias, Vladi! Siempre es tiempo de buscar a Dios y conocerlo más. Oremos que este tiempo sea de reflexión y depender más de él. 🙂

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social Share Buttons and Icons powered by Ultimatelysocial
error

Comparte nuestra página.

YouTube
Instagram