Por Andrea Guachalla
Es fácil identificar los peligros y las incongruencias de una ideología cuando sus consecuencias negativas están a la vista, ¿no es así? ¿Recuerdas cómo el movimiento feminista de todo el mundo celebró el Día de la Mujer hace un par de semanas?
¡Eso fue innegablemente feo!
Además de toda la violencia cometida por parte de las feministas contra instituciones públicas, iglesias, propiedad privada e incluso mujeres, escuchamos sus demandas de siempre: el derecho a ser más como hombres, seguido lógicamente por el “derecho” a ser menos mujeres. Fuimos testigos de la demanda feminista de que la cultura acepte y defienda su punto de vista de que no existe tal cosa como un diseño para hombres y un diseño para mujeres y que esos son constructos sociales diseñados simplemente como medios de opresión.
Esta última parte es exactamente la misma razón por la que el movimiento feminista es apoyado con avidez por el moviemiento transgénero y la comunidad LGBT.
Sus peticiones del derecho a ser más como hombres viene con todo tipo de demandas anti-mujeres que se oponen a la idea misma de lo que es una mujer: las mujeres exigen el derecho a “no estar embarazadas”, es decir, el derecho a matar a sus propios bebés todavía no nacidos. El derecho a “no ser madres” porque es un “trabajo no remunerado”, por lo tanto, debe ser visto como una especie de esclavitud moderna. Las mujeres están luchando por el derecho a ser sexualmente promiscuas y ser celebradas por ello, lo que en sí mismo presupone indebidamente que todos los hombres son promiscuos. Las mujeres luchan furiosamente por su derecho a recibir los mismos salarios que los hombres para puestos de trabajo iguales, aunque la mayoría de ellas nunca podría darte un solo ejemplo de una mujer que haya sido víctima de la llamada “brecha salarial”, o citar cualquier fuente que analice el tema desde una perspectiva multifactorial.
Después se continúa con la invasión de los roles de los hombres… Mujeres que luchan por el “derecho” a ser las que proveen económicamente para sus familias, el derecho a ser “libres” de invertir valiosos años en una carrera en lugar de invertirlos en construir un hogar, instruyendo a los propios hijos y discipulando a otras mujeres. Y aquí está el último sinsentido… Las mujeres están luchando para que les den trabajos que son típicamente para hombres debido a los peligros que conllevan y la fuerza que se requiere para desempeñarse en ellos … ¿Para qué? ¿Demostrar que somos tan fuertes como los hombres? Ok, ¿y luego que? “Felicitaciones señorita, se ganó el derecho de trabajar en las minas y potencialmente ser envenenada por las altas concentraciones de metales pesados en el ambiente”.
Esa es la lucha feminista. Una lucha contra la maternidad, la feminidad, la familia e incluso la vida. El feminismo es una lucha contra lo que significa ser mujer y contra lo que significa ser hombre.
¿Tenemos prueba de ello?
¡Oh, sí, la tenemos! Somos testigos de las consecuencias de la idea generalizada de la “opresión patriarcal” y las demandas feministas cada vez que hay protestas grotescas en el Día de la Mujer. Vemos su letalidad cada vez que un país legaliza la matanza de bebés no nacidos y lo llama “derecho de las mujeres a la salud reproductiva”. Somos testigos de los disparates feministas cada vez que se quejan de que la maternidad es un “trabajo no remunerado”, y cada vez que se insulta la feminidad y la familia.
El feminismo es repugnante en su esencia, pero puede verse bonito. Nadie puede negar eso.
Se nos ofrece todo lo que una mujer pueda pedir… Un mundo para mujeres.
Se nos ofrece ser empoderadas poniendo el enfoque de la educación y los medios de comunicación en nosotras. Se nos ofrece ser liberadas de la “esclavitud” de la maternidad y se nos anima a ser tan promiscuas sexualmente como queramos, teniendo la seguridad de que el gobierno financiará la matanza de nuestros propios bebés en caso de que no los deseemos. Se nos ofrece ser reivindicadas por el mal que la sociedad ha causado a todas las mujeres en la historia de la humanidad. Se nos ofrece no solo ser iguales a los hombres, sino ser más que ellos. Se nos ofrece más que derechos, se nos ofrece privilegios. Nos enseñan que somos suficientes, hermosas, independientes. ¿Quién necesita hombres, una familia o una iglesia cuando nos tenemos a nosotras mismas? Somos más que suficientes. El mundo es nuestro. Las noticias y las redes sociales a menudo se enfocan en nuestro “sufrimiento” y “opresión femenina”, sin tener en cuenta en absoluto que los hombres viven en el mismo mundo caído que nosotras.
Cuando se confronta al mundo con los hechos estadísticos que dicen que los hombres se ven desproporcionadamente más afectados por la criminalidad, la violencia y los homicidios, tienen una tasa de supervivencia cada vez más baja, una mayor probabilidad de morir por enfermedades crónicas, enfermedades mentales, suicidio o los trabajos peligrosos que deben realizar (todo eso por nombrar solo algunos ejemplos) la respuesta de las feministas es:
¿¡A quién le importa !? Son hombres y los odiamos.
Los hombres no importan. ¿Pero sabes quién si importa?
Las mujeres.
Porque este mundo es para mujeres y existe solo para reivindicarlas y servirles. Pero no a todas las mujeres, claro, solo a aquellas que están de acuerdo con la narrativa feminista.
¿Cómo llegamos al punto en que tales sinsentidos son ampliamente apoyados por la cultura, el entretenimiento, organizaciones, los hombres, las mujeres, los gobiernos e incluso las iglesias?
Debe ser que se ve bonito…
Y lo hace… A veces.
No es atractivo a la vista ver a feministas prendiendo fuego a mujeres policías como vimos en el Día de la Mujer. No… Eso es feo de seguro. ¿Pero sabes qué se ve más bonito y aceptable? Emma Watson. La dulce Hermione Granger, que se convirtió en una ávida defensora del feminismo, con todas sus tonterías e incongruencias basadas más en sentimientos que en hechos reales.
¿Ves? El feminismo también puede ser bonito. Puede verse bien, puede sentirse bien.
Y la industria del entretenimiento se encarga de enviar el mensaje feminista en voz alta con muchas caras bonitas… Anne Hathaway, Harry Styles, Miley Cyrus, Mark Ruffalo, Chloe Moretz… Y la lista sigue y sigue. Lo que es realmente difícil de encontrar es gente en la industria del entretenimiento que no defienda el feminismo, y especialmente el asesinato de bebés por nacer.
El entretenimiento y los medios de comunicación… Haciendo todo lo posible para empoderar a las mujeres sin saber que ya somos poderosas como Dios nos diseñó. Sin darse cuenta de que se nos dio el privilegio de dar vida, construir hogares, y servir a Dios, a nuestra familia y al Cuerpo de Cristo, e incluso mientras hacemos todo ello podemos ser empresarias, trabajadoras, dueñas de negocios y ser de servicio a nuestras comunidades. Cuán baja es la visión que tienen las feministas de la mujer, que sienten la necesidad de menospreciar las mismas cosas para las que Dios nos creó.
¿Quién es anti-mujer en la realidad?
Las caras bonitas del feminismo estarán allí, siendo utilizadas como una herramienta para abogar activamente por la redefinición de la feminidad y la masculinidad, la familia y la vida, y lograrán que parezca algo deseable y bueno, como lo han hecho hasta ahora. La pregunta es, ¿cómo podemos luchar contra eso? ¿Qué hacemos cuando vemos a todas estas celebridades y la industria del entretenimiento moldeando el pensamiento de nuestra generación y las generaciones venideras?
La respuesta es: luchamos con la Espada, la Palabra de Dios.
Nuestra única fuente de verdad, bondad, amor y diseño es una: la Palabra de Dios. Si conocemos la verdad, podremos sopesar todo con ella y saber qué tan lejos están de ella ideologías como la del feminismo. Debemos estar cerca de Dios y orar por discernimiento. Debemos ver las cosas desde una cosmovisión cristiana.
Esa es la razón por la que aquí en TTO lanzaremos una serie llamada “Feminismo y Caras Bonitas” este año, donde analizaremos la retórica y los argumentos de muchas defensoras feministas, y las pesaremos con la Palabra de Dios, verificaremos sus afirmaciones, expondremos falacias lógicas y trataremos de traer luz donde se prefiere la oscuridad. Te damos la bienvenida a que seas parte de este viaje y esperamos que sea de bendición para ti y que te equipe para responder a las ideologías liberales de una forma cristiana, y puedas defender la verdad de la Biblia sin disculparte por ella.
Referencias:
- World Bank. Life Expectancy.
- Movember. Mental health.
- UNODC. Homicide and Gender.
- Jordan Peterson. Debate on the gender pay gap, campus protests, and postmodernism.