Por Shantal Palacios
Hace un tiempo, en medio de la charla con una amiga surgió un tema que para mí era desconocido pero que directa o indirectamente tuvo cierto peso en mi vida como mujer cristiana. Ella me habló de la llamada Cultura de la Pureza que había surgido en la iglesia evangélica en Estados Unidos hace algunas décadas y que hasta el día de hoy tiene bastante influencia. Si bien el concepto de la Cultura de la Pureza era totalmente nuevo para mí, pude identificar que varias de las características que tiene y las enseñanzas que imparte habían sido adoptadas de alguna manera u otra no solo en los Estados Unidos donde se originó, sino también en mi país, Bolivia, y no dudo que también haya tenido influencia en muchos otros países de Latinoamérica.
Si eres de aquellas personas que como yo, no sabía previamente que es la “Cultura de la Pureza” y la influencia que aún tiene en la juventud alrededor del mundo, te invito a leer la siguiente exposición acerca de ella, su origen, características, influencia y críticas que recibió a lo largo de todos estos años. Es muy probable que en el transcurso de la lectura puedas tú mismo reconocer enseñanzas que te han sido impartidas en la iglesia, o en tu casa, y que puedas identificarte con las críticas positivas y/o negativas que se han dado al movimiento.
¡Empecemos!
¿Qué es la Cultura de la Pureza?
La Cultura de la pureza es un movimiento que emerge de la Iglesia Evangélica en Estados Unidos, tomando mucha fuerza desde sus inicios hace tres décadas, generando no sólo principios para la pureza sexual basados en la moralidad desde una cosmovisión cristiana-bíblica, sino también dando paso a un sinnúmero de críticas tanto fuera de la Iglesia Cristiana Evangélica como dentro. Todo esto como resultado del impacto que tuvo en la generación de esa época y que además tuvo un alcance en el tiempo y espacio hasta nuestros días.
Sin embargo, para reconocer la importancia que tuvo este movimiento en su tiempo de apogeo y las enseñanzas que persisten hasta la actualidad, ya sean benéficas como perjudiciales, es necesario hacer un breve recorrido sobre los aspectos y características principales que conforman este movimiento.
Contexto histórico, Cultural y religioso
El nacimiento de la Cultura de la Pureza se remonta a finales de los años 80 en respuesta a la inmoralidad sexual derivada de la iniciación del “Hippismo” y en consecuencia la revolución sexual de la década de 1960. Esta manifestación de liberalismo sexual promovía tanto el amor libre, activismo pro-elección y control de la natalidad, como también el uso de la famosa píldora anticonceptiva. El resultado de estas prácticas adicionaron porcentualmente las múltiples parejas sexuales, las infecciones de transmisión sexual (ITS), el embarazo en la adolescencia y las consecuencias emocionales derivadas de todo esto. Es así que la Iglesia Cristiana evangélica decide poner frente al ataque al que se ve sometida la familia tradicional, específicamente dentro de la comunidad evangélica, enfatizando enseñanzas que conducirán a la aplicación de la pureza sexual mediante distintos “métodos” de enseñanza y difusión de la misma.
Características principales
La Cultura de la Pureza promueve la abstinencia antes del matrimonio y protege las relaciones sexuales dentro de un matrimonio únicamente heterosexual. Así mismo, califica de pecaminoso todo acto sexual que toma lugar fuera del matrimonio, evitando de esta manera otras fuentes de influencia sobre la sexualidad que no se basen en estos principios bíblicos. Esta estructura tan grande de protección a la sexualidad y el núcleo familiar fue avanzando y poniendo frente a cada uno de los ataques presentados a lo largo del tiempo por parte de la revolución sexual, por ejemplo, el rechazo al aborto y su legalización y además, confrontando al conocido movimiento actual LGBTIQ que poco a poco va creciendo.
Asimismo dentro de la Iglesia se implementaron programas de educación sexual, con las conocidas promesas de pureza, donde los hijos adolescentes hacían una promesa pública a sus padres de mantenerse puros sexualmente hasta llegar al matrimonio.
También se desarrollaron accesorios como los anillos de pureza, utilizados como símbolo externo de aquellos que hicieron la promesa de pureza, y las esferas de pureza que eran depositadas dentro de un recipiente cada vez que la persona superaba una tentación sexual, guardándose así para su futuro(a) esposo(a) y mostrándole una vez comprometidos todo el cúmulo de esferas como prueba de su pureza. Todo este protocolo de resguardo sexual para los menores se fue haciendo una costumbre cada vez más sólida dentro de las iglesias en Estados Unidos.
Uno de los impulsores más visibles de este movimiento, fue Joshua Harris con su libro “I Kissed Dating Goodbye”, (“Le dije Adiós a las Citas Amorosas”) escrito en 1997. Harris con tan sólo 21 años y sin haber estado en ninguna relación amorosa escribió este libro, vendiendo millones de copias y teniendo así una gran influencia en innumerables personas solteras y también en parejas. Su libro se enfoca en presentar un conjunto de ideas y consejos para tener una cita más saludable y bíblica con el fin de hacer frente a las citas casuales y con frecuencia carentes de propósito de la época. Fue así que también se hizo conocido el término de “cortejo” como alternativa a “cita”.
Richard Ross es también un autor sobresaliente en el contexto de la Cultura de la Pureza, como fundador de la organización “True Love Waits” en 1993, que tenía como objetivo incentivar a los adolescentes a abstenerse sexualmente antes del matrimonio. Ambos representantes mencionados, recibieron tanto críticas positivas como negativas por el gran impacto que sus enseñanzas tuvieron en la sociedad de ese tiempo y hasta el día de hoy, pero los comentarios negativos tomaron mayor peso en los medios.
En el caso de Joshua Harris, después de casi dos décadas del lanzamiento de su libro, ordenó descontinuar la publicación pidiendo seguidamente disculpas a todas aquellas personas afectadas negativamente por el mensaje expresado en su libro. Sin embargo, en entrevistas realizadas a su persona, él describe el verdadero enfoque que quiso darle al mensaje y aclara que este fue mal administrado por muchos de sus lectores. La Organización “True Love Waits” por lo contrario sigue teniendo seguidores de algunos ámbitos evangélicos, a pesar de las críticas negativas que recibieron y que también fueron visibles.
Efectos en la juventud
Entre los efectos positivos sobresalientes de la Cultura de la Pureza, se encuentra la disminución de casos de enfermedades por transmisión sexual, mencionadas anteriormente entre los resultados que trajo la revolución sexual. Es importante destacar que este movimiento alentó la protección del núcleo familiar, el respeto de los adolescentes y jóvenes hacia sus propios cuerpos y el de los demás, a tener de alguna manera control y dominio sobre sus cuerpos, a desarrollar una visión más respetuosa e intencional al momento de iniciar una relación amorosa, e incluso a poner límites sanos dentro de ésta.
Sin embargo, las críticas negativas a este movimiento fueron muy notables y numerosas ya que personas fuera del ámbito cristiano evangélico definen este movimiento como cerrado y discriminatorio. También se presentaron comentarios de personas que crecieron dentro de la Cultura de la Pureza, que fueron parte de la iglesia cristiana evangélica, que por entrevistas aseguran haber sido dañados emocionalmente por el movimiento, presentando como principales características en su mayoría; vergüenza y confusión.
El principal problema radica en el enfoque que las personas reciben de estas enseñanzas, principalmente las mujeres, ya que fueron ellas las más afectadas por la Cultura de la Pureza. Prueba de ello son los numerosos testimonios por parte de mujeres, que cuentan los efectos negativos que experimentaron con esta cultura. Hay testimonios que exponen que la Cultura de la Pureza genera ideas supersticiosas; ya que promete falsamente que si se cumple con el método de pureza sexual la pareja disfrutará de una relación sana, adecuada y casi perfecta al llegar al matrimonio, pero cuando muchos comienzan a experimentar lo contrario, y notan por ejemplo, repudio al sexo y a todo lo sexual a raíz de las enseñanzas impartidas por el movimiento, adquieren una sensación de defraude y a la vez se hace notoria la visión carente de un enfoque bíblico que con frecuencia imparte el movimiento.
A consecuencia de ello, muchas personas decidieron alejarse de la fe, religión e Iglesias evangélicas para escapar de tanta presión y vergüenza sobre su sexualidad, otras buscaron acercarse a Dios por un medio más personal evitando únicamente los ambientes eclesiásticos. También surgieron comentarios y testimonios que relatan un exagerado énfasis sobre estas enseñanzas de pureza, que daban a entender que la pureza sexual es sinónimo de una espiritualidad mayor e incluso un requisito adicional para la salvación, lo cual está muy alejado de las verdades bíblicas. Con todo, el problema que afectó directamente a las mujeres fue, recibir escasa o equivocada instrucción acerca de su sexualidad, ya que no se reconocían los impulsos sexuales de la mujer como algo verdadero e importante como es en el caso de los varones, por lo que las mujeres llevaban como parte de su responsabilidad el evitar y no verse culpables de que el varón caiga en pecado o sea tentado sexualmente. Muchas mujeres admiten que “era una carga muy pesada”. Lo cierto es que este tipo de cultura se ha extendido a muchos países y persiste hasta el día de hoy dentro de las Iglesias cristianas protestantes, en diferentes niveles, pero en muchos casos con el mismo enfoque.
Es evidente que a pesar de que la Cultura de la Pureza imparte una enseñanza claramente bíblica que es “la pureza sexual” tristemente debilita o hasta omite verdades bíblicas sobre una sexualidad sana fuera y dentro del matrimonio, su visión no es una visión bíblica de santificación y pureza completas, que parte desde el corazón del cristiano y que debiera estar enfocada en agradar a Cristo como prioridad, sino que se basa en un conjunto de métodos externos y superficiales que al carecer de enseñanzas bíblicas que complementen y equilibren estos métodos, son nada más costumbres incapaces de transformar vidas verdaderamente.
Es claro que no se puede tomar control de la dirección a la que el receptor dirigirá cualquier enseñanza y en este caso la sanción no debiera recaer únicamente sobre el expositor. Por lo tanto, es responsabilidad de cada uno discernir el tipo de enseñanza que adoptaremos, y en este caso en concreto, escudriñar en las Escrituras cuál es la verdadera pureza a la que Cristo nos ha llamado, no es una que trae frustración, traumas y temor; sino aquella que produce deleite, libertad y paz en el corazón.
“Me complace hacer tu voluntad. Dios mío,
Salmos 40:8, Nueva Traducción Viviente
pues tus enseñanzas están escritas en mi corazón”.
Referencias:
- Joe Carter. 2019. The FAQs: What You Should Know About Purity Culture.
- Richard Ostling. 2019. What is Purity Culture?
- Danielle Latour. 2021. Unbuckling Purity Culture’s Chastity Belt [Archivo PDF].
- Christine E. 2019. Crouse-DickPromoting sexual purity in a call-out culture era: One purity movement leader’s strategies in navigating critiques of the #MeToo/#ChurchToo movement [Archivo PDF].
- Erin Olson. 2019. Deconstructing Purity Culture: A Review of Pure [Archivo PDF].
- Sheetal Malhotra, M.B.B.S., M.S. 2008. Impact of the Sexual Revolution: Consequences of Risky Sexual Behaviors. Journal of American Physicians and Surgeons, Vol. 13 Nro. 3.
- Olivia Stanley. 2020. A Personal Encounter with Purity Culture [Archivo PDF].
Excelente artículo.
¡Muchas gracias, Luis!
Que genial!! Hrna..
Dios te bendiga..👍🏻🙂
¡Gracias por leer el artículo, hermano!