TODO es espiritual

Por Andrea Guachalla 

Asistí a la iglesia la mayor parte de mi niñez y adolescencia. No voluntariamente, en realidad, durante todos esos años ni siquiera era cristiana. Fueron mis padres (especialmente mi madre) quienes tenían el hábito de asistir a la iglesia todos los domingos, y fue mi padre quien nos llevó a mí y a mi hermana a una amplia gama de denominaciones de iglesias a lo largo de los años. 

¡Oh! ¿A qué tipo de iglesia no asistí?

Pentecostal, carismática, de la prosperidad, anglicano, católica… ¡tu menciona una denominación! Yo estuve allí. Y además de asistir a los servicios dominicales en todas esas iglesias, también tuve la oportunidad de asistir a muchas (MUCHAS) escuelas dominicales y grupos de jóvenes.

Una cosa que noté en todos ellos fue esto: había un tiempo separado para los juegos y un tiempo separado para la enseñanza bíblica.

Hace unas semanas, mientras pasaba tiempo con gente de mi iglesia, recordé la experiencia de haber tenido un tiempo separado para cosas espirituales y otro para cosas divertidas e inconscientemente me pregunté si nosotros, en ese mismo momento de estar pasando tiempo entre adultos jóvenes, también tendríamos un tiempo para hablar de la Biblia y un tiempo para charlar sobre “otras” cosas. ¿También nos tomaríamos un poco de tiempo para discutir cosas sobre la Palabra, y luego dejar nuestras Biblias a un lado y jugar algunos juegos aleatorios y sin sentido sin importarnos en absoluto aplicar lo que acabamos de aprender?

El recuerdo de todos esos años de asistir a iglesias donde la Palabra de Dios estaba completamente desconectada de todo lo demás, de la forma en que uno se divierte y la forma en que se vive, de la forma en que se habla y se trata a los demás, me obligó a preguntarme a mi misma:

¿Dónde termina el reino espiritual y comienza el físico?

Y luego, antes de que pudiera comenzar a explicar por qué, tenía la respuesta:

TODO ES ESPIRITUAL

No hay límite entre el mundo físico y el espiritual. Vivimos en un mundo creado por Dios, un ser espiritual que nos creó seres espirituales también en un mundo físico. No existe un momento para divertirse y otro para discutir la Biblia o un momento para alabar a Dios y otro para trabajar. No existe eso de adorar a Dios solo los domingos o practicar nuestra fe solo para impresionar a otros cristianos cuando están cerca.

Todo es espiritual. Cada lugar, cada período de tiempo, cada persona y cada parte de nuestras vidas. No somos seres espirituales cuando entramos en una iglesia, y luego dejamos de serlo cuando salimos de sus puertas. No se supone que debamos asistir a estudios bíblicos y luego, una vez terminado el mensaje, dejemos de reflexionar sobre lo que significa la Palabra de Dios y cómo se aplica a nuestras vidas.

Si Dios nos ha llevado a una fe salvadora en Jesús, Su Hijo, el Evangelio impactará cada parte de nuestras vidas. El Evangelio afectará profundamente la forma en que pensamos, la forma en que hablamos, la forma en que tratamos a los demás, la forma en que ofrecemos consejos, la forma en que pasamos el tiempo con nuestras familias, la forma en que adoramos, en que entendemos la Biblia, la forma en que servimos en la iglesia, y sí… incluso impactará cosas que podrías pensar que no están relacionadas: el Evangelio tendrá un impacto en la forma en que votamos en las elecciones presidenciales, en la forma en que decidimos qué almorzar, en la forma en que jugamos los juegos de mesa con nuestros amigos de la iglesia, la forma en que analizamos las noticias que vemos todos los días en la televisión y las películas que decidimos ver o no.

¿Por qué? La Biblia lo dice:

 Si, pues, coméis o bebéis,
o hacéis otra cosa,
hacedlo todo para la gloria de Dios.

1 Corintios 10:31

Soy, por la gracia de Dios, afortunada de que durante los años siguientes a mi conversión he podido sentarme bajo la enseñanza de predicadores fieles en mi iglesia local que me muestran con las Escrituras, cómo es que la Palabra de Dios tiene un impacto en TODO, y que nos fue revelada para que podamos aplicarla en nuestras vidas para glorificarlo y estar al servicio de los demás. No hay palabras que puedan expresar mi agradecimiento. Pero miro hacia atrás y recuerdo que todavía hay muchas iglesias e “iglesias” donde predican un evangelio falso que no tiene impacto, no tiene poder, ni a Cristo, donde la Palabra de Dios se reduce a un simple libro del cual los predicadores obtienen ideas de cómo entretener a sus asistentes con superficiales experiencias de sus vidas…

¿No ven que todo es espiritual y que enfrentarán un castigo más severo por sus enseñanzas infieles, engañosas y/o heréticas? Quizás estén ciegos a que están enseñando doctrinas superficiales. Quizás algunos de ellos son trabajadores de Satanás que están aquí para engañar.

El simple pensamiento debería llevarnos a orar fervientemente para que el Señor pueda construir iglesias más fieles y darnos más predicadores que sepan que cada una de sus acciones debe ser guiada por su conocimiento de Cristo, a través de la sabiduría de Dios. Que el Señor nos lleve a iglesias como esa, donde nuestros hermanos cristianos y pastores nos animen a ver todo desde una cosmovisión bíblica y nos exhorte cuando nos atrevamos a desconectar algo del glorioso Evangelio que nos fue dado a través de Cristo. Oremos que podamos ser cristianos que se regocijan en el Señor y que buscan aplicar lo que aprendemos de nuestros pastores y de la lectura diaria de la Palabra de Dios.

Y si usted, hermano o hermana, asiste a una iglesia donde el Evangelio no se predica y no se aplica, busque la sabiduría de Dios para decidir si continuará o no asistiendo a una iglesia que se atreve a reducir lo que es la Palabra de Dios, y lo que Cristo ha hecho, espero que puedas comprender que todo es espiritual, y que eso te guíe a glorificar a Dios con cada una de las cosas que hagas.

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