CUATRO COSAS QUE NO DEBES HACER CUANDO ESTÁS SOLTERA

Por Andrea Guachalla

Estoy sentada en mi sala esperando mientras mi hermano lee en silencio un artículo que acabo de escribir sobre la soltería. Le pedí que lo revisara antes de publicarlo dentro de unos días. Pasan un par de minutos y finalmente termina. Cierra mi laptop e inmediatamente me dice que no debería publicarlo y luego me exhorta a estar contenta con mi soltería.

Por supuesto, no recibo bien la exhortación, aunque reconozco que el artículo era solo una queja acerca de mi soltería.

En mi opinión, tengo todo el derecho a expresar lo molesa que estoy porque hace un par de semanas varias personas de la iglesia me preguntaron una y otra vez sobre mi estado civil. Uno tras otro se me acercaban con la misma pregunta en un formato diferente: “Entonces, ¿estás en una relación en este momento?” “¿Cuando te vas a casar?” “No te preocupes, alguien llegará cuando menos te lo esperes” “¿Hay alguien especial en tu vida?” “¡Vamos Andrea! ¡Qué esperas para casarte!”, “Hermana, te recomiendo mucho que te cases”.

Parecían comentarios y preguntas inofensivas, y en cierto sentido si lo eran. Pero después de un tiempo uno se cansa de ese tipo de preguntas. Especialmente cuando estás crónicamente soltera y no deseas estarlo.

Entonces… Lo que hice fue escribir un artículo sobre lo molesta que estaba porque hubo tantos hermanos y hermanas bien intencionados que insistían en que debía casarme y al mismo tiempo ignoraban el hecho de que ¡yo NO me estaba manteniendo soltera a propósito!

Doy gracias a Dios por haberle pedido a mi hermano que lo leyera antes de seguir adelante y publicar mi queja en línea. Ese artículo nunca vio ni verá la luz del día. Sin embargo, me gustaría abordar algunas de las reacciones comunes que tienen los solteros cuando se encuentran en una temporada de soltería no deseada.

Así que, si actualmente (y quizás crónicamente) estás soltera o tienes personas cercanas a ti que lo están, hazte un favor y sigue leyendo, espero que compartir los errores que he cometido a lo largo de los años te ayude a no cometer los mismos:

1. ¡No te obsesiones con el matrimonio!

No pases todos esos años de soltería obsesionada con el matrimonio. ¡No vale la pena!

Hemos aprendido y sabemos que el matrimonio es bueno porque Dios lo instituyó. Sabemos que es bueno desear casarse y tener hijos. Deberíamos amar el diseño de Dios para el matrimonio. ¡Pero! Eso no significa que debamos obsesionarnos con ello, y eso no significa que el matrimonio sea color de rosas todo el tiempo tampoco.

Si estás en una temporada, ya sea larga o corta, en la que parece no haber posibilidad de una relación, y mucho menos de matrimonio, en el futuro previsible, ¡disfrútala! Sé intencional en crecer como cristiana y en tu relación con el Señor y los demás. Busca a Dios en oración y descansa en sus tiempos. No necesitas pensar en el matrimonio las 24 horas del día, los 7 días de la semana y sentirte descontenta, amargada o triste por no estar casada todavía, cuando tienes tanto tiempo libre para invertir en otras cosas.

2. No te quejes de tu soltería

Los tiempos de Dios no son los tuyos. Si Él te ha dado un largo período de soltería y no has sido negligente en estar abierta a una relación con un hombre piadoso, ¡alabado sea Dios! Él te ha dado mucho tiempo para invertir en tu familia, amigos, iglesia y tu crecimiento personal como cristiana.

Realmente no querrás pasar tus años de soltería quejándote de tu estado civil, cuando podrías estar contenta y gozosa de que Dios tiene el control de tus anhelos más profundos y que, independientemente de tu estado civil, te ha dado un propósito: ¡glorificarlo a Él!

3. No idolatres las relaciones románticas

Es muy fácil idolatrar las relaciones románticas cuando estás muy enfocada en el matrimonio, y especialmente cuando aún no has estado en una, y eso puede tener efectos devastadores. Espero que alguien me escuche sobre esto porque lo aprendí de la manera más difícil.

Uno de los peores errores que cometen los solteros es idolatrar cualquier relación romántica que inician pensando que será como en las películas y que seguramente terminará en matrimonio. Bueno, ¡sorpresa, sorpresa! No siempre es así.

Aunque creo que los cristianos siempre deben iniciar la etapa de noviazgo teniendo el matrimonio como objetivo final, también creo que el noviazgo es una temporada para descubrir si es la voluntad de Dios (o no) que la pareja se case. Y eso significa que a veces NO es la voluntad de Dios que una relación termine en matrimonio. Y eso es doloroso, pero está bien.

Cuando una persona idolatra las relaciones románticas o a una persona específica con la que cree que quiere casarse, es cuando se causa daño innecesario y comienza a resentirse con Dios por no darle lo que cree que quiere.

Noticia de última momento: Dios sabe más que tu. Por lo tanto, sus tiempos y planes siempre son mejores.

4. No te resientas con el matrimonio (o las personas casadas)

Por último.

Si no está casada y realmente desea estarlo, no te resientas con el matrimonio ni con las personas casadas. Dios no nos ha llamado a meditar en nuestros deseos insatisfechos, sino a regocijarnos en la salvación que recibimos en Cristo y a pensar en las cosas que son buenas, puras y dignas de alabanza.

Con vergüenza admito que hace años menospreciaba a las mujeres casadas que no sabían tanta teología como yo, o que no eran tan maduras como yo porque no creía que lo merecieran. Pensaba que ellas no merecían disfrutar del matrimonio mientras yo, la “buena sierva”, permanecía soltera durante años y años. Por supuesto, ese razonamiento venía del mismísimo infierno, pero en esa temporada no me refrené de amargarme cada vez que me comparaba con otras mujeres de mi edad que ya eran esposas y madres.

No hagas eso. No envidies ni resientas a las personas casadas.

Otra reacción que tiene la gente cuando permanece soltera durante más tiempo del deseado es amargarse y empezar a despreciar por completo el matrimonio y la maternidad. He oído a solteros hablar en contra del matrimonio como si fuera una plaga que hay que evitar, aunque antes lo deseaban.

No hagas eso tampoco.

Ni despreciar a las parejas casadas ni despreciar el matrimonio te llevará a hallar contentamiento ni a abrazar el propósito de Dios para tu vida ahora que estás soltera.

Una cosa que me ha encantado a lo largo de los años ha sido escuchar a Bethany Beal hablar sobre la soltería. Bethany Beal es una mujer cristiana de Texas que se casó cuando tenía 30 años y es la fundadora de un ministerio llamado GirlDefined. Tuvo una travesía de 10 años en los que deseaba casarse y nunca veía cumplido su anhelo. En lugar de quejarse y quedar paralizada por la inesperada historia que Dios escribió para ella, dedicó su vida a servir a otras mujeres, escribir libros, prepararse para el matrimonio e invertir su tiempo en la vida de los demás.

Hermanas solteras, ¿no sería bueno que puedas recordar tus años de soltería y ver que te regocijaste en Cristo y que administraste tu tiempo, dones y recursos para servirle? ¿No sería lindo mirar atrás y no ver que te hiciste miserable obsesionándote con el matrimonio o exigiendo a Dios que siguiera tus tiempos, sino que esperaste pacientemente su buena voluntad?

Acepta la historia que Dios ha escrito para ti, porque Él es el Señor y tu valor está en Cristo no en tu estado civil.

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