Por Gimena Alarcón
Atrapados en la burbuja de la comodidad,
entontecidos con la falsa “realidad” virtual,
no divisamos nada más que el ahora y el aquí…
Perdimos la visión del más allá del horizonte
estancados en la diversión y el entretenimiento…
Vivimos en la era de la apostasía y la iniquidad,
como reyes chiquitos, aquí y allá, por todas partes,
poderosos, ilusos, incapaces de despertar
a la realidad verdadera de nuestra condenación…
Buscando una y otra vez la seguridad en las cosas,
confiando en nuestra propia bondad,
independientes del Dios que se hizo humano,
autosuficientes caminando hacia el abismo…
Es que no entendemos, que somos esclavos,
que necesitamos ser rescatados
por el que es el centro de la historia
el que la dividió en un antes y un después,
por el que nació en un pesebre,
por el que abandonó su gloria
para caminar entre nosotros,
por el que murió en una cruz,
por el que resucitó al tercer día…
Es que seguimos sin entender
que la Navidad no es una fiesta,
que Dios mismo tomó forma humana
y nos ha traído el mejor regalo…
El arrepentimiento y la fe
