DIEZ PENSAMIENTOS SOBRE EL CRISTIANO Y EL ENTRETENIMIENTO

Por Mark Coppenger

Recientemente, mi hijo (y pastor) Jedidiah me pidió que predicara sobre “el cristiano y el entretenimiento” como parte de una serie que aborda nuestro trabajo, dinero, política, relaciones y más como cristianos. Tenía una semana para prepararme así que pensé que era factible, pero subestimé la tarea que había que hacer. Hubo algunos momentos de ansiedad mientras negociaba la variedad de Escrituras pertinentes en las noches de una semana llena de enseñanza. El sábado se acabó el tiempo y envié por correo electrónico estos 10 puntos al hombre encargado de las presentaciones PowerPoint para el servicio dominical. Aquí están los puntos, que son el comienzo de lo que considero un trabajo en progreso.

1. Desencuerda el arco (Éx. 20:8-11): Como escribió Melville en Moby Dick, el arponero hizo un mejor trabajo cuando llegó a la ballena cuando no había tenido que sufrir el esfuerzo de remar junto con los demás. No podemos soportar esfuerzos interminables. Necesitamos un descanso con refrigerios. Aún así, dada la prescripción del Mandamiento sobre los días laborables, descansamos para trabajar en lugar de trabajar para descansar.

2. Gravita hacia la luz (Fil. 4:8): Pablo nos insta a pensar en las cosas que son verdaderas, honorables, justas, puras, amables, de buen nombre, moralmente excelentes y dignas de alabanza. Pero, por supuesto, no dice que debamos centrarnos sólo en estas cosas. Él mismo no lo hizo. De lo contrario, no habría podido hablar del desagradable pleito entre Evodia y Síntique. En cuanto a lo puro, el más puro de los libros, la Biblia, presenta sinceramente muchas cosas turbias. Así que no necesitamos limitarnos a “dulzura y suavidad”, negándonos a ver repeticiones de un tiro bajo en el fútbol americano o tapándonos los oídos cuando el Sheriff de Nottingham [personaje de la leyenda de Robin Hood] comienza a hablar. Pero, como dice Pablo, el alimento que edifica es nuestro amor especial.

3. No te excedas (Prov. 23:20-21): La gula no se limita a la comida. No te aproveches de las diversiones, ya sea jugando interminables rondas de golf o viendo películas, como las que el comediante Patton Oswalt narra en Silver Screen Fiend.

4. No seas aguafiestas (Ecl. 3:1-4): Algunos dicen con orgullo y frialdad a la realeza: “No nos divierten”. Pero como nos dice “el predicador”, hay un “momento para reír”: no la risa desafiante de la bravuconería o la risa cruel de Schadenfreude, sino la risa cosquilleante de deleite.

5. Ama al artista (Gén. 9:20-23): Cuando Noé se dió un atracón de vino, dejándose borracho y desnudo, su hijo Cam disfrutó del espectáculo e invitó a sus hermanos a echar un vistazo. Se negaron a unirse a la diversión. Retrocedieron hacia la tienda y pusieron una prenda sobre su padre, mostrándole amor y respeto. De manera similar, no deberíamos deleitarnos con actuaciones que requieran que los intérpretes se corrompan o se dañen de alguna otra manera. (Tal vez deberíamos tener un descargo de responsabilidad especial de la Asociación Humana sobre las películas: “Ningún ser humano resultó dañado, física o moralmente, durante la realización de esta película”). Este fue el impulso para que el periodista suspendiera los anuncios de peleas de boxeo de finales del siglo XIX en el Libro de Charles Sheldon, In His Steps (cf., WWJD).

6. No seas quisquilloso (Lc. 6:41-42; Ga. 2:1-5): Jesús advierte contra la búsqueda hipercrítica de las pajas en los ojos de los demás mientras uno ignora las vigas en los ojos de uno mismo. Y Pablo se enfadó con los legalistas que protestaban por la no circuncisión de Tito. No juzgues las listas de reproducción de los demás y deja que ellos juzguen las tuyas, incluso si incluye una canción de Johnny Cash que celebra el robo en el lugar de trabajo, como en One Piece at a Time.

7. Cuidado con la brecha (Rom. 12:1-2; Hch. 17:22-34; 2 Cor. 10:5; Jn. 17:15): La Biblia nos dice que seamos “transformadores no transformados”, que “tomemos todo pensamiento cautivo” mientras estamos “en el mundo”. Nos mantenemos firmes, aprovechando tanto la consagración como la información cultural. Cuando la brecha es demasiado pequeña, estamos comprometiendo nuestras creencias. Cuando es demasiado grande, somos ineficaces. Consideremos la parodia de Weird Al Yankovic del vídeo Subterranean Homesick Blues de Bob Dylan. Nos deleitamos con el juego de palíndromos, pero también con la forma en que ilumina las fuerzas oscuras, incluida la rebelión de los 60, los poetas beat y los videos de rock en general. Un cierto conocimiento de la cultura de fondo enriquece el satirismo.

8. Madura (2 Tim. 2:22; 2 P. 1:3-8): No es necesario convencer a los niños de que actúen impulsivamente en cualquier cosa que les apetezca hacer, por tonta que sea. Qué lástima sería quedarse atrapado en este estado de insensatez. Por eso debemos “huir de las pasiones juveniles”, añadiendo “bondad . . . conocimiento . . . [y] dominio propio” a nuestra fe. Si ve una actiovidad etiquetada de “moderna”, no lo es. Lo mismo ocurre con el entretenimiento para “adultos”.

9. Ama a tu prójimo (1 Cor. 8): Una cosa es tener One Piece at a Time en tu iPod y otra muy distinta reproducirla en el sistema de sonido de una congregación de la iglesia cuando un nuevo creyente, un “hermano más débil” recién salido de prisión por crimen organizado de robo de autos. (Nota: Amar a un hermano más débil no es lo mismo que complacer la agenda farisaica de un hermano “más fuerte”).

10. Ama la reputación de Dios (1 Cor. 10:31): Cuando trabajaba en la oficina de relaciones públicas del Comité Ejecutivo de la CBS, un colega del mundo del periodismo bautista mencionó la “prueba del New York Times”, mediante la cual uno hacía la pregunta: “¿Cómo le gustaría que esta escritura apareciera en la portada del Times?” Es una buena pregunta para las opciones que escogemos como entretenimiento. Si se publicaran y la gente supiera que profesamos ser creyentes, ¿nuestras opciones “avergonzarían” a Dios?

En la década de 1990, la cerveza Old Milwaukee publicó una serie de anuncios en los que los deportistas se relajaban con una cerveza y algo de comida fresca y exclamaban: “No hay nada mejor que esto”. A veces les decía a mis hijos que, para los perdidos, el alcohol y la comida son lo máximo que pueden alcanzar. Pienso lo mismo cuando leo la reciente reflexión de Woody Allen [cinematógrafo americano] sobre la vida y el arte en una entrevista en el Festival de Cine de Cannes: “Vivimos en un universo aleatorio y estás viviendo una vida sin sentido, y todo lo que creas en tu vida o haces va a desaparecer, y la Tierra desaparecerá, el sol se apagará y el universo desaparecerá”. En este contexto, podrías encontrar alivio “si ves un partido de béisbol, miras una película de Fred Astaire o haces algo que te distraiga”. Este es un triste ejemplo de un “hombre muerto hablando”.

Pero para los que viven en Cristo, un partido de béisbol y una película de Fred Astaire pueden ser un refrigerio “encantador”, un momento para recuperar las fuerzas para el buen trabajo que tenemos por delante según el llamado divino. Y ver a Steph Curry entretenernos con su arte en la cancha de baloncesto puede darnos una idea de la bondad de Dios, quien nos proporciona abundantemente todo para disfrutar (1 Tim. 6:17).

Este artículo fue publicado originalmente por ERLC, puede hacer clic aquí para ir a la fuente.

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